Simplemente, una bomba. Un misil, las declaraciones del ex ministro de la Defensa Raúl Baduel. Hasta allí, creo que todos estamos de acuerdo.
Un obediente, militante y amplio sector del chavismo, lo ve simplemente como un TRAIDOR. Otro sector dentro del mismo chavismo, sin embargo, por primera vez se atreve a disentir a los deseos del amo y a recomendar escuchar estas voces de alerta que se levantan dentro del mismísimo corazón de la Revolución.
Por su parte, un sector de la oposición recibió con bombas y platillos a este nuevo aliado, mientras que otro, lo mira con legítima suspicacia, dudando si las declaraciones de este militar rebelde no son más que un nuevo caballo de Troya, al estilo del blandengue, escurridizo y oportunista Arias Cárdenas.
Pero el caso es que Baduel ni es Arias Cárdenas, ni es el “perro de quinta” de Carneiro, siempre dispuesto a menearle la cola al amo. No hay que olvidar que Baduel fue llamado “el General de la Dignidad” por haber comandado el operativo cívico-militar que derrotó el espeluznante golpe de Estado del 11-13 de abril del 2002, y devolvió a Chávez al poder.
Tras muchas cavilaciones, el “general de la dignidad” optó por actuar, ya que como soldado constitucionalista, le debía lealtad al mandato democrático que hacía de Chávez el legítimo Presidente de Venezuela. El hilo constitucional, en ese momento (abril de 2002), se había roto. Y Baduel estaba allí, para restaurar su continuidad.
En esta oportunidad, noviembre de 2007, Baduel, junto a un enorme sector de la Venezuela chavista y opositora, ha logrado ver (sin mucho esfuerzo) que el hilo constitucional, una vez más, está a punto de romperse a través de una Reforma Constitucional a todas luces ilegal.
No hay contradicciones en las posiciones de Baduel. Tanto en el 2002, como ahora, en el 2007, Baduel se mueve bajo el sólido escudo de la legalidad y, sobre todo, de la legitimidad.
Usando un verbo descarnado y punzante, no ha dudado en calificar la Reforma Constitucional en puertas como un “Golpe de Estado de Facto”.
Una aseveración como esta, dicha por la amorfa e inconsistente “oposición”, no sería más que una frase vacua y oligarca. Pero dicha de la boca de uno de los aliados más emblemáticos de la revolución chavista, es, sin duda, un certero sablazo a las aspiraciones monárquicas y totalitarias de Hugo Chávez Frías, el amo.
Cuando una figura tan arrastrada, obediente, militante y servil como la de Tascón se pronuncian en defensa de las declaraciones de Baduel, hay que entender que lo que se ha producido dentero de los pilares políticos del chavismo no es un brutal terremoto, sino un verdadero cataclismo de consecuencias impredecibles.
Baduel no es el General de Tres Soles repartidor de leche y huevos, como su homólogo Carneiro. Baduel ha demostrado ser, de forma consecuente y coherente, un soldado apegado a la Ley. Y ha demostrado tener el suficiente arrojo moral para, primero defender a su Presidente y Comandante en Jefe, para luego ponerle las esposas, cuando ese mismo Presidente se quita la careta y quiere convertirse en Monarca Absolutista y Fundamentalista.
Baduel ha acusado al amo Chávez de “abusar de la lealtad” de los integrantes de las fuerzas armadas. No es poco lo que dice ni es poco lo que confiesa.
No hay que olvidar tampoco que Baduel sí es un militar con verdadera ascendencia y respeto dentro de las Fuerzas Armadas venezolanas. A tal punto ha sido la aparatosa conmoción que ha causado dentro de las fuerzas armadas, que generales como el “perro de quinta” (en ejercicio) de Carneiro y el General de Brigada (r) Mario Arveláez Rengifo, han salido corriendo a los poderosos cuarteles de Aragua y Guárico para recordarles y ordenar a los militares que no es el momento para analizar ni pensar, si no para buscar votos para el SÍ. “No tienes que leer ni pensar nada, sólo tienes que apoyar el SI”, es la consigna que los funestos generales intentan implantar.
“La avaricia rompe el saco”, como diría en una de sus salidas folklóricas el recién fallecido ex-presidente Luis Herrera Camping. Y la avaricia de Chávez, el amo, es infinita.
Chávez mismo se ha puesto la soga al cuello. Es hora de que todo el malestar del pueblo chavista que ha creído en una revolución que poco provecho le ha brindado, se haga sentir. Es hora de que la digna resistencia del pueblo opositor coseche sus frutos.
En las paredes de las Universidades y principales ciudades del país han comenzado a vestirse con calcomanías y afiches que dicen: “Chávez SI, Reforma, NO”.
Este es el comienzo del fin.
La élite del poder chavista no puede ocultar por más tiempo la opulencia en la que cómodamente se ha agazapado. Para ellos las palabras Revolución, Socialismo, Igualdad, se han convertido en un excelente negocio. La frase “Patria, Socialismo o Muerte” es sinónimo de igualdad de hambre para el pueblo, y camionetas último modelo para los dirigentes “revolucionarios”.
Las fuerzas políticas y militares del país no pueden continuar haciéndose los ciegos ante la invasión de cubanos al país, que llegan a nuestra patria, la DE TODOS LOS VENEZOLANOS, como si llegaran a una colonia en donde ellos son los colonizadores.
Sea uno chavista o antichavista, hay que no tener sangre en las venas para no indignarse cuando el Presidente de Venezuela, el amo Chávez, declara, en medio de un delirio de amor y admiración que raya en lo homoerótico, al moribundo Fidel Castro como el “Padre Nuestro que estás en la Tierra”.
Estamos en presencia del comienzo del fin.
"Nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo a un mismo ciudadano en el poder. El pueblo se acostumbra a obedecerle y él se acostumbra a mandarlo; de donde se origina la usurpación y la tiranía".
SIMÓN BOLÍVAR.
NO al abstencionismo.
VOTA “NO”.
(Este artículo puede ser reproducido parcial o totalmente, indicando únicamente la autoría: NIKITO NIPONGO NADA)
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