domingo, 28 de octubre de 2007

MIRANDA REGRESA



Sin duda alguna, “MIRANDA REGRESA”pudiera ser la primera Gran Superproducción del cine venezolano.

La utilización de locaciones internacionales, hermosos palacios, impactantes castillos, singulares jardines, unido a un diseño de arte y de vestuario particularmente bien desarrollado, dan muestra de que es una película que se realizó no sólo con abundancia de recursos (como debe ser), si no que cada uno de esos recursos fueron aprovechados al máximo.

Sin embargo, a pesar de su esplendoroso despliegue de producción, la película no pasa de ser un bodrio petulante y pretencioso.

Quizás la falla más dramática esté justamente en el departamento dramático. Comenzando por el protagonista Jorge Reyes, quien no logra quitarse de encima sus ademanes de actor barato y truculento, malo incluso hasta para la televisión. Para encarnar a uno de los hombres más carismáticos de Venezuela y de América, había que deslastrarse de esos gestos y ademanes malandrines, los saltitos que da al caminar cuando el general se ofuscaba, o el tono histérico que asumía su voz cada vez que hablaba de su proyecto de independizar a Venezuela. El actor no tiene registro histriónico para diferenciar lo que es un discurso apasionado de un discurso enojado.

Lamentable, muy lamentable la aparición de Mimí Lazo como la zarina Catalina de Rusia, coqueteando con Miranda como lo hiciera una caraqueña de barrio en pleno siglo XXI: “Ay, dime que voy a hacer contigo, chico”.

Por otra parte, no era raro ver soldados ingleses o prusianos encarnados por extras venezolanos o quizás cubanos. ¿Licencia cinematográfica? No lo creo. Allí faltó rigor o imaginación. Si no existía un buen casting de extras para mostrar fragmentos de batallas, entonces han debido sugerir en lugar de mostrar. Al estilo de Diego Rísquez, por ejemplo.


Otro de los puntos por el que destacará esta versión cinematográfica de Miranda es que tal vez sea la primera producción fílmica del actual Estado venezolano, lo cual es lo mismo que decir del actual Gobierno.

Ignoro los costos de producción de esta película, pero sin lugar a dudas han debido ser muy altos. Pero aun así, doy por sentado que las posibilidades de recuperación son mínimas, aun en el caso de vayamos a verla más de una vez todos los venezolanos en edad para ir al cine. ¿Por qué tal certeza? Porque la inversión de “MIRANDA REGRESA”es muy alta y los venezolanos somos, numéricamente hablando, muy poquitos. Así, cuando el Gobierno invirtió en ella, no estaba pensando en la recuperación, sino en el beneficio político con el que saldría beneficiado.

Ahora le toca el turno a la historia. En camino viene ZAMORA, dirigida por el veterano Román Chalbaud. ¿Acaso con MIRANDA y ZAMORA el gobierno comenzará su pequeña galería de personajes históricos (SEGÚN ELLOS) pro-chavistas?